Redacción / Inversión Turística
La cadena hotelera Marriott inauguró su proyecto de lujo, The Ritz-Carlton Mexico City, en la capital del país, luego de posponer fechas de apertura, debido a la pandemia, esta semana se dio a conocer la apertura del icónico edificio, que pretende ser de los más altos en Paseo de la Reforma, Ciudad de México.
Este nuevo edificio diseñado por Taller G de 58 pisos de altura ubicado en Paseo de Reforma y con vistas del Parque Chapultepec, alberga The Ritz-Carlton con 153 habitaciones y suites, con ello, la marca llega por primera vez a la capital mexicana.
“Estamos encantados de traer la marca The Ritz-Carlton a la Ciudad de México, ejemplificando nuestro compromiso de brindar experiencias incomparables y crear recuerdos significativos en los destinos más emocionantes del mundo”, dijo Donna McNamara, vicepresidenta y líder de marca global de The Ritz-Carlton.
“El uso de metales, espejos y vidrio sirve para reflejar el exterior en el interior, creando una experiencia surrealista al jugar con la perspectiva y distorsionar la arquitectura tradicional circundante”, agregó.
“El Ritz-Carlton, Ciudad de México actuará como una puerta de entrada literal y figurativa a lo largo del Paseo de Reforma”, afirmó Luis López, gerente general del hotel.
El hotel ofrece un lounge con un exclusivo Club Concierge, una piscina cubierta climatizada, un gran gimnasio y un exclusivo spa con seis salas de tratamiento.
El restaurante Samos, en el piso 38, está a cargo del chef Jonathan Felix, que combina la tradición culinaria local con la italiana, francesa, peruana y argentina.
The Ritz-Carlton, Ciudad de México también ofrece más de 400 metros cuadrados de espacio para reuniones con ventanas con vista al Parque Chapultepec, para eventos, reuniones o celebraciones.
The Ritz-Carlton Mexico City está localizado en los últimos niveles de uno de los rascacielos más altos de la capital, Chapultepec Uno R509.
La firma arquitectónica encargada de la obra fue KMD Architects y como líder del proyecto estuvo Taller G. El diseño de la esbelta torre de 241 metros de altura cuenta con una fachada transparente, permitiendo el reflejo del entorno.
Se convirtió en el segundo rascacielos más alto de la ciudad, solo por debajo de la Torre Reforma y por encima de la Torre BBVA. También, por el lado estructural se planteó para resistir sismos de hasta una magnitud de 8.6 grados en la escala de Ritcher.
